Su vida se apagó
allí, el 31 de marzo de 1843, pero quedo encendida la llama de su auténtico
espíritu federalista, sus heroicas acciones por la causa de la Independencia,
la serenidad de su conducta, el prestigio de su hidalguía, su espíritu pacifico
en contra de años de tiranía y su entereza al soportar el obligado destierro.
Hoy lo recordamos con
el profundo respeto que se debe a los grandes constructores de nuestro destino
y tomamos su legado para seguir trabajando con pasión, entusiasmo, honestidad,
solidaridad, respeto mutuo, valores que construyen una comunidad.
En esta institución han transcurrido 134 años de
vida, y habría tanto por decir, pero prefiero simplemente creer que esta
escuela es el resultado de tantas manos sumadas.
Hoy más que nunca reivindicamos nuestro compromiso con la
educación pública, con responsabilidad y defendiendo el derecho social a la
educación, siguiendo el ejemplo de nuestro patrono el General Juan José
Viamonte.
Simplemente
¡Gracias a todos!
Y ¡Feliz cumpleaños querida escuela!
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