"Mis días con el dragón"
de Eduardo Abel Giménez
Comenzamos la lectura de esta novela fantástica, en mas de un sentido.
Fantástica porque sus protagonistas, que son dos, pueden ser uno solo: Martín y su dragón forman, por momentos, un único individuo, a veces dividido, a veces indivisible. Y fantástica, también, porque la sensación que nos deja es esa, tan personal e intransferible, que sentimos cuando en medio de un sueño nos ponemos a volar.
Eduardo Abel Giménez nos presenta una novela de pequeño formato que, como el dragón de Martín, crece enormemente ante los ojos apropiados, los del lector que se deja llevar. Si la sabemos leer, el vuelo en alas del dragón, como un vuelo de sueño, estará a nuestro alcance, listo para que lo disfrutemos.